El origen de las fiestas en honor a la Santa Cruz se pierde en el tiempo. Religiosamente, parecen tener su origen en el hallazgo por Santa Elena en Jerusalén de la cruz donde murió Cristo, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y logró hallar el lugar donde se encontraba la Cruz, pero no estaba sola.
En el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró tres maderos ensangrentados ocultos y para descubrir cuál era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, e incluso muertos, que se curaban o resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo. A partir de ahí nace la veneración a la Santa Cruz, ya que Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.
En cambio, de la celebración popular de la fiesta de la Santa Cruz, la que más nos interesa, apenas hay datos antiguos. Los primeros testimonios que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes.
En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos, alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del XX al ser considerada por la Iglesia una fiesta pagana.
Esta fiesta, en su vertiente popular, estuvo muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas de unos lugares a otros; a pesar de ello, la celebración ha presentado siempre en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes, como es el hecho de que el centro de la fiesta sea precisamente una cruz, de tamaño natural o reducido, que se adorna, con mejor o peor acierto, con objetos decorativos y, sobre todo, elementos florales, macetas y plantas. A su alrededor se vive la fiesta, con bailes juegos y coplas.
Este año desde nuestra Cofradía hemos querido sumarnos a la fiesta y retomar esta tradición participando en el concurso de las Cruces de Mayo que cada año organiza nuestro Excmo. Ayuntamiento.
Durante varios días nos hemos ido acercando a nuestra Casa de Hermandad a colaborar entre todos, aportando cada uno en su tiempo libre su pequeño granito y esfuerzo, para conseguir entre todos engalanar nuestra calle y nuestra hermandad como se merecen.
Esta tarea conjunta realizada con cariño y dedicación ha sido muy grande y, como era de esperar, ha dado sus frutos, al concedernos el Jurado el Primer Premio.
Muchos han podido pasar por nuestra Casa a visitar nuestra Cruz y han podido compartir junto a nosotros estos días de fiesta. Esperamos que el año próximo podamos volver a compartir momentos tan especiales como los que hemos vivido.
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